Copas chocándose,
personas hablando en voz alta, dinero sobre la mesa y cada uno con sus
apuestas.
El pequeño
niño en su habitación yacía en la cama con intención de dormir, ajeno al
barullo y a los ruidosos adultos que se entretenían con sus juegos y vicios
clandestinos; la distancia que había entre su habitación y la sala de estar
donde se celebraban los juegos amortiguaba los sonidos para permitir el
descanso del pequeño. Ya nadie lo vigilaba ni velaba por su descanso, nadie sería
testigo de lo que ocurriría esa noche que avanzaba fría y lentamente, mientras
las barreras de nuestro mundo y el más allá se volvían tan delgadas que eran fáciles
de traspasar.
Entre las
penumbras y el silencio de la habitación, un pequeño temblor hizo estremecer
los suelos, cuyas maderas chillaron por un instante. La leve luz de luna que
entraba por la ventana solo lograba proyectar sombras en aquella habitación
cuando el niño despertó sobresaltado ante el sonido de un ser respirando junto
a su cama. Totalmente petrificado ante ello se aovilló entre las mantas como si
estas pudieran sobre guardarlo de cualquier peligro. Podía sentir su corazón
acelerando en su pecho y cerraba los ojos obligándose a pensar que se trataba
de una pesadilla. No podía estar más equivocado.
A los pies
de su cama sintió como si alguien se sentara allí, haciendo que el colchón se
hundiese bajo un peso invisible. Aterrado, pellizcó su brazo para despertar de
su tenebrosa pesadilla, pero solo sintió el dolor de la realidad.
En un
repentino movimiento sus mantas salieron volando hacia el otro lado de la
habitación, dejando su cuerpo vulnerable. Sintió como unos dedos largos y fríos
rodeaban sus tobillos y un grito escapó de su garganta antes de poder ser
frenado, pero nadie lo escuchó. Los ruidos del comedor frenaron el grito del
pequeño haciéndolo inaudible. Un segundo grito, aun más largo que el primero
escapo de sus labios, pero fue inútil. Temblaba, invadido por un terror que jamás
hubiera imaginado sentir, notando que el frío de su tacto invadía su cuerpo
velozmente y calaba en sus huesos hasta lo más profundo. Lo que fuera que se
encontrara con él lo había tomado con mas fuerza y comenzaba a arrastrarlo
fuera de la cama. El niño gritaba y pataleaba, luchando con todas sus fuerzas, para que aquel ser invisible no se lo llevara a donde fuera que quisiera hacerlo. No
sería un bonito lugar, de eso estaba seguro.
Aferrándose
a los barrotes de la cama seguía su lucha, gritando a todo pulmón por ayuda que
jamás llegaría. Nadie lo oía. Cuando se dio cuenta de que era inútil,
simplemente se soltó y se dejo arrastrar por aquel ente invisible.
Repentinamente
sujetado por las sombras que parecían tener vida propia, advirtió como se hundía
en un oscuro vacío del cual nunca podría escapar.
El niño ya
no estaba.
A la mañana
siguiente nadie se encontraba en aquella habitación, él había desaparecido de
aquel mundo y ahora pertenecía a otro.
Stefy: Aterrador relato, creo que muchos niños han soñado con algo parecido, lo bueno es que ellos tienen la opción de despertar.
ResponderEliminarTienes mucha facilidad para la narrativa y la ambientación. Así que te aconsejo que trates de corregir los pequeños errores que cometiste y la frase siguiente: luchando con todas sus fuerzas que aquella fuerza invisible se lo llevara a donde fuera que quisiera hacerlo.
Creo que debería decir: luchando con todas sus fuerzas, para que aquella entidad invisible no se lo llevara adonde fuera que quisiera hacerlo.
Con cariño: Doña Ku
Gracias por el consejo!!
EliminarLo curioso es que cuando lo corrijo se me pasan por alto algunos detalles, o puede ser que de tanto corregir una cosa o la otra, se me pasa el fijarme si la frase queda coherente.
Errores por falta de atención lo llamaría yo.
Gracias por tus palabras!!
Me ha gustado tu relato, bien narrado, me provocó angustia lo que le pasó al pobre niño. Interesante historia, sólo noté esto en la siguiente frase: "aforrándose a los barrotes de la cama seguía su lucha...", supongo que lo que quisiste decir es aferrándose. Nos seguimos leyendo. ¡Saludos!
ResponderEliminarSii, eso quise poner XD
EliminarError de tipeo, no lo habré notado al corregir el texto.
Gracias por tu atención! (voy a tener que prestar el doble de mía la proxima :D)
Errores corregidos!!
¡hola! Realmente es el relato más aterrador que he leído hasta ahora, está tan bien narrado que me pone triste :(
ResponderEliminarQue pena por el niño.
ResponderEliminarSaludos.
Vaya, un viejo fantasma ha vuelto a mi..pues era un miedo que tenía de pequeña y lo superé bastante tardecito. Muy bien relatado. Me ha encantado.
ResponderEliminarY desde ahora, soy seguidora tuya ;)
EliminarCaramba Stefy, por suerte tenemos ya una edad, si no, fijo que esta noche me iba a la cama de mi madre. Vaya, que me has hecho vivir a ansiedad del chiquillo como si lo tuviera a mi lado. ¡Perfecto!
ResponderEliminarBesos.
Madres, jajaja muy buen relato Stefy, me gusto mucho, es como un relato de fantasmas clásico pero bien narrado, bien llevado. Como los demás también llego a ser un miedo de mi infancia :P no lo cuentes a niños pequeños jaja.
ResponderEliminarUn saludo, muchas gracias por compartirlo :D